¡No me gusta mi nueva escuela!
10 ESTRATEGIAS PARA FAVORECER SU ADAPTACIÓN
El comienzo del curso es un momento emocionante, pero también puede ser muy estresante para aquellos niños que tienen que adaptarse a una nueva escuela. En este artículo revisaremos algunas ideas que nos ayudarán a hacer más fácil la transición a nuestros hijos.
Los cambios son motivo de estrés para cualquiera. En mayor o menor medida, las personas tendemos a ser resistentes a los cambios en nuestra vida y, en este sentido, los niños no son diferentes a nosotros. Por ello, es importante que acompañemos a nuestros hijos en este camino y aprovechemos la coyuntura para “entrenarlos” de cara a las novedades que les deparará el futuro.
Cabe destacar que el estrés, en su justa medida, es una respuesta biológica y psicológica útil e inherente a nuestra especie. Y, como padres, nos facilitará mucho aprender a diferenciar entre el “estrés bueno” y el “estrés malo”.
En principio, una tarea deseada, agradable y fácil provoca un “estrés bueno”, mientras que una demanda no deseada, desagradable y difícil produce un “estrés malo”. La determinación de estrés saludable o nocivo no depende sólo de la tarea, sino de la interpretación de la persona que lo vive. Lo que queremos decir con ello es que es normal que nuestro hijo o hija desarrolle cierto nerviosismo durante esos primeros días o semanas en su nuevo cole. Nuestro papel en estos días no será el de intentar eliminar ese sentimiento, sino el de acompañar en la transición. Esto les ayudará a trabajar su capacidad de afrontamiento, necesario para desarrollar su salud y el crecimiento de su personalidad. (Orlandini, A., 2012)
Lo normal en estos días es que desarrolle cierto nerviosismo en su nuevo cole. Nuestro papel no séra el de intentar eliminar ese sentimiento, sino el de acompañar en la transición
Podemos poner en marcha algunas estrategias para hacer más deseada, agradable y fácil la nueva situación.
Estrategias:
Puedes pedir a la escuela que, si es posible, asignen un “amigo-tutor” a tu hijo para que le ayude durante los primeros días o semanas. Si crees que esto es algo de lo que tu hijo se beneficiaría, habla con el orientador del centro de qué manera puede hacerse.
Explicarles las principales rutinas de la escuela, más que las normas, también les dará seguridad y les servirá de apoyo.
Hablar con nuestro hijo y conocer qué es lo que realmente le preocupa. Saber si lo que le genera más ansiedad es hacer nuevos amigos, perder el contacto con los viejos… Es probable que a nuestro hijo no le preocupen las mismas cosas que a nosotros, así que nada de adivinar, preguntémosles de forma directa.
Puede ser una buena idea recordar con nuestro hijo esos otros momentos que superó con éxito. Hablar sobre los éxitos que han experimentado en el pasado y sobre las ventajas de conocer a un nuevo amigo o aprender una nueva habilidad, les generará confianza y les recordará que ciertos riesgos pueden valer la pena.
Darles un tiempo de adaptación. A pesar de todas nuestras precauciones y preparativos, es posible que nuestro hijo no lleve bien el inicio en la nueva escuela. Los niños más retraídos, sensibles o a los que no se les da bien la escuela, pueden sentirse realmente incómodos en un nuevo ambiente que no controlan. Para ellos, la mejor solución es tener mucha paciencia y aceptar que serán días difíciles para ellos y, probablemente, también para el resto de la familia.
Intentar seguir con las rutinas en casa. Si los cambios rápidos preocupan a nuestro hijo, saber lo que se espera de él en casa le resultará muy importante. No es buena idea que varios cambios importantes se incorporen a la vez, es mejor hacerlos paulatinamente, de manera que en casa las cosas no cambien mucho, que la vean como un lugar seguro, con hábitos, normas y rutinas que ya conocen y que pueden proporcionarles sensación de estabilidad y de calma.
Encontrar excusas para socializar. Entablar nuevas amistades con personas que han venido a nuestra casa puede ser más fácil para los niños, porque se encuentran en “su ambiente”. También tendremos que valorar si le resultará más fácil ir conociéndolos uno a uno, o si es mejor aprovechar el ambiente distendido de una fiesta y usarla como oportunidad para que se integre más rápidamente en un nuevo grupo. El principio de curso puede ser un momento ideal para organizar una fiesta, invitar a alguien más a comer, o para preguntar a nuestro hijo si le gustaría montar una fiesta en casa con los nuevos amigos (¿qué tal una segunda celebración de cumple? ¿tal vez anticiparlo?)
Participar en la escuela. Si nos acercamos a la clase de nuestro hijo con cierta frecuencia, incluso si somos capaces de ser voluntarios para alguna actividad que se realice en el aula o en el centro, nos resultará más fácil conocer al maestro y a sus compañeros. La conexión a través de redes sociales con otros padres también puede ser una buena manera de conocer a otros niños.
Recordar que es muy probable que llegue a adaptarse pronto y sin problemas. Aunque algunos niños se adaptan y hacen amigos fácilmente, tal vez nuestro hijo necesite más tiempo. En estos casos, y muy especialmente en los niños más pequeños, pueden seguir bastante tiempo negándose a ir a la nueva escuela, llorando o quejándose por la falta de amigos. En algunos casos hay que ser comprensivos, tener un poco de paciencia y darles el tiempo que necesitan.
Sin embargo, si pasados unos meses estas conductas no han desaparecido es probable que debamos intervenir. En ese caso, es necesario hablar con el maestro de nuestro hijo y con el orientador de la escuela para que nos ayuden a buscar la causa de la falta de adaptación y la solución.
Referencias bibliográficas
Orlandini, A. (2012). El estrés: qué es y cómo evitarlo. Fondo de Cultura Económica.
Rosabel Rodríguez Rodríguez
Dra. en Psicopedagogía
Directora del Programa de atención a las Altas Capacidades Intelectuales (PACiS)
(link: www.altascapacidades-pacis.com)
Publicación original: http://www.menudafamilia.com/no-me-gusta-mi-nueva-escuela/